DESAPEGO

Desde vajillas a joyas, desde cuadros a vestidos.

Desde emociones a versos, desde hijos hasta amigos.

Desde casas a trabajos, desde padres a vecinos.

Desde risas hasta llantos. Desde sueños a castigos.

Desde el ego hasta los trapos escondidos en mi abrigo.

Desde mi alma hecha harapos, desde mi orgullo más herido.

Practicando el desapego estoy llegando a destino.

Y no es fácil, ni es barato, duele más que haber parido.

Pero te juro, mi hermano, que estoy feliz y contenta.

Y si no lo he conseguido, sé que no me queda mucho, sé que voy por buen camino.

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