Y te vas quedando solo, esta vez por elección. Resuenas con la frecuencia solo de tu corazón.
Necesitas los silencios, momentos de conexión. Ya no compartes las risas si no son risas de amor.
Y te vas quedando solo ante tanta distorsión. No criticas, no te quejas, no juzgas sin ton ni son.
Huyes de las muchedumbres, de reuniones y de ritos. No necesitas razones, vives en el infinito.
Te quedas solo y…entonces, lo ves todo más brillante, el cielo es más luminoso, la tierra más abundante.
Y solo empiezas a andar y agradecer el camino que queda por disfrutar, cuando está vacío tu nido.
Todo está hecho, hecho está y no sientes añoranza, pasó lo que tenía que pasar para tu mayor enseñanza.
Sin culpa, sin contrición, sin pena ni arrepentimiento. El Amor es mi motor, el resto lo suelto al viento.
Y en mi soledad buscada y en mi vida y en mi casa, solo cabe la unidad, el amor, la tolerancia.
El perdón y la conciencia son el motor de mi vida. Bendecida estoy por Dios y agradezco cada día por la Luz, por el Amor, por la Abundancia infinita.