Agradece por el pan, agradece por tu cama, agradece por el sol que sale cada mañana.
Agradece por tu casa, agradece por tus hijos, agradece por quién eres y por estar aquí vivo.
Agradece por lo malo, agradece por lo bueno, por lo que está por venir, por lo que duele en tu pecho.
Agradece cada día, con total discernimiento. Es un regalo la vida y mientras aún no estés muerto recuerda que tu misión es regalar el misterio.
No te preocupes mi amor, no caduca el agradecimiento y cuando dejes el cuerpo seguirás agradeciendo.