Nos creemos los adultos que somos los dueños del mundo y en particular los dueños de nuestros niños.
Nos parece a los adultos que podemos hacer y decir a un niño cualquiera cosa, generalmente y en el mejor de los casos…para satisfacer nuestros deseos ecoicos. Otras veces incluso atravesando límites indeseables que probablemente también atravesaron con nosotros otros adultos inconscientes.
‘Dame un beso’ es una orden, una imposición, una obligación. Nadie está obligado a besarte y mucho menos un niño, ya seas el abuelo, la tía o un amigo.
Un niño sabe mejor que nadie a quien besar, con quien quiere abrazarse y deberíamos respetar su voluntad sagrada.
No obligues a dar besos y abrazos a un niño. No violes su voluntad y mucho menos sus sueños.