TORMENTAS

Se desató el huracán, se cabrearon los mares,

los ríos se desbordaron, se anegaron los lugares.

El volcán se despertó rugiendo al compás del viento,

el fuego lo quemó todo y el monte se quedó yermo.

Y el humano se hace cruces y pretende controlar

la fuerza de los elementos cuando se echan a andar.

No respetamos sus ciclos y queremos dominar

a nuestros cuatro elementos sin saber por dónde empezar.

Porque al hombre le interesa solamente comerciar,

con el viento, con el fuego, con la tierra, con el mar.

Sin honrar ni agradecer, sin pedirles permiso al entrar

en su universo perfecto, en su templo, en su sagrado hogar.

¡Pobres hombres inconscientes que pretenden comerciar

con la fuerza del hermano viento cuando desatado está!

¡Pobres seres inconscientes que creen poder controlar

al sol en su firmamento y al agua en su navegar!

La Madre Tierra es tan sabia, que a final todo bien está.

Enterremos a los muertos y oremos por la humanidad.

Deja un comentario