Yo no me quiero morir, no quiero cerrar los ojos, ¡hay tantos rayos de sol!
Quiero sentir el calor de este otoño esplendoroso.
Yo no me quiero morir, no me da tiempo de todo.
Tengo que vivir mil años, con sus veranos calurosos.
No me moriré en invierno, hace demasiado frío y en primavera las flores son mis mejores amigos.
En otoño tengo hambre de castañas y de vinos y si se acerca la muerte, me disfrazaré de rio…y la muerte se hará a un lado porque haré mucho ruido.
Cuando lleguen los veranos, me iré con los pajaritos y me vestiré de océano y pasaré inadvertido.
Mala suerte, amiga muerte, lo vas a tener difícil. La vida es más seductora y me alegra las mañanas.
Por las tardes me enamora, por las noches se transforma y me lleva hacia otros mundos toditas las madrugadas.
Te deseo lo mejor, buena suerte, buena muerte, yo no te tengo temor, sé que un día vendrás a verme, pero mientras tanto deja que disfrute de mi suerte. Déjame tomar el sol en agosto y en diciembre.