Te quiero como el sol ama a la tierra fértil, la alumbra desde lejos y la deja brillar.
Te quiero en la distancia, en el reproche viejo, en esa mala leche y en la risa total.
Te quiero si estás triste, igual si estás contenta. Te quiero cuando duermes, también si estás despierta.
Pienso en ti cada día, de lejos y de cerca. Desde mis años viejos, te veo suspirar.
Y bendigo el camino que recorres, las batallas que libras, tus mejores momentos, tus noches infinitas.
Bendigo y agradezco poder ser tu mamá.
A pesar de las faltas, de todos los complejos, de las grandes cagadas, las ausencias, los consejos.
Bendigo y agradezco que ocupes mi lugar y te sientas más fuerte, más libre, más segura. Tengas claras las cosas, disipes cualquier duda.
Bendigo tu camino y te dejo volar.
Te miro desde lejos y le pido al destino vivir muchos más años para poderte abrazar.