MORIRSE DE ASCO

Llegar a morirse de asco después de una vida llena de éxito es una de las contradicciones más frecuentes en esta sociedad, donde vales por lo que tienes, no por lo que ERES.

Llegar al hastío existencial es lo común cuando la mente ya no da más de si y tu inteligencia ha superado el coeficiente de lo considerado normal.

Porque el sinsentido de una vida llena de razonamientos es lo normal, cuando la razón pesa más que el corazón. Cuando lo que debes puede con lo que quieres. Cuando lo que dices, no coincide con lo que haces, sientes o piensas.

No se aguanta esa vida racional, llena de dogmas y teorías demostradas por los expertos de turno.

No eres libre sino tienes la capacidad del discernimiento activada, así como la intuición, así como ese sexto sentido que no enseñan en la escuela pero que te define como un ser con conciencia.

No somos solo una mente pensante, no somos solo un cuerpo mecánico, somos algo más. Algo que nos sacude y nos conecta con el espíritu. Porque eso es lo que somos: seres espirituales experimentado la vida.

Ese es el sentido de la vida. La experiencia de vivirla conscientes de que es un regalo, un don y de que vivir debería ser un acto de amor puro,  un acto de total agradecimiento.

Ser Amor y llegar a viejo siéndolo te llena la vida a pesar de todo. Porque todo no es nada, cuando has entendido que solo hemos venido a amar y ser amados. Y eso es suficiente.

Ese es el mayor éxito de la vida.

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