CUANDO EL ALMA ASOMA

En cada ser humano con alma vemos la cara de Dios. Detrás de todos sus miedos, de ese ego disfrazado de seguridad, de esa aparente autosuficiencia, hay un niño que se asoma pidiendo un abrazo que no recibió.

Detrás de ese adulto triste, detrás del refunfuñón, de ese payaso que utiliza el humor para esconder su rabia, detrás de cada hombre serio, de cada mujer ansiosa, aparece un Dios que acoge con amor su corazón.

Mira su cara detrás de esos ojos tristes que han dejado de llorar, de esa voz que ya no quiere gritar, de ese cuerpo enfermo que aparenta normalidad.

Ver a Dios en ese hombre es sanar la humanidad. Dale un poco de cariño y empezarás a cambiar, verás que Dios se hace niño y contigo siempre está.

Deja un comentario