Los ojos hablan a los corazones que se conocen desde antaño.
Hablan sin decir nada, hablan con desparpajo.
Los ojos hablan y se abrazan sin abrazos. Porque el alma se reconoce a través de los años.
Los ojos hablan y se saben cercanos, se cuentan en voz baja lo que otros gritan a destajo.
Y te hablan los ojos y yo puedo escucharlos, sin que me digas nada, te oigo sin trabajo.
Hoy los ojos nos hablan, mientras cacarean los gallos.