ODA AL HUMANO PERDIDO

Tienes miedo porque no sabes quién eres. Porque no te conoces. Porque has olvidado tu origen y desconoces tu destino.

Tienes miedo porque has entregado el alma y el cuerpo a tu verdugo: la escuela, tu familia, la sociedad, el gobierno.

Tienes miedo porque te crees sus mentiras, sus malos augurios, sus terribles profecías.

Porque has delegado el saber que posees, en el conocimiento que te han inoculado en el cerebro.

Y no controlas nada y le tienes miedo a todo: a la felicidad y al sufrimiento. Al éxito, al fracaso, a morirte despierto, a vivir como un muerto.

Y el miedo hoy tiene cara de frío en el desierto, de naranja podrida, de maliciosos virus, de guerras y armamentos.

Tienes miedo a ser pobre con los bolsillos llenos. De perder la memoria, del insomnio, de la enfermedad, del viejo.

El miedo te posee, tú le has dado alimento. Te tragas las noticias y crees todos los cuentos.

No recuerdas quién eres, cuando tú eres el dueño. El valor, la alegría, la vida y el misterio.

Tú eres Dios hecho carne, eres luz, eres el genio que buscas en la lámpara, sin darte cuenta de ello.

Tú tienes las respuestas. No las busques tan lejos. Destierra la cabeza, conecta con tu cuerpo. Con ese corazón al que dejaste huérfano.

¡Despierta ser humano! Agárrate a la vida, viniste aquí por eso. Rescata tu misión y agradece este tiempo.

Y ese miedo miedoso se morirá al momento.

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