Antes de que los hombres redactaran sus leyes, una ley natural existía en la tierra.
La ley que está por encima de jueces y juzgados. Por encima de políticos, abogados, notarios, banqueros, proxenetas.
La ley que emana de dios y de la madre tierra. La ley que no distingue por razas. Que es justa por naturaleza.
Antes de que los hombres escribieran sus leyes. La ley natural gobernaba el planeta.
Y hoy, los hombres y mujeres vivos, coherentes, soberanos, nos acogemos a ella para declararnos libres de las injusticias que la ley positiva impone sin benevolencia.
Nuestra jurisdicción es ésa, y si tú así lo sientes, si te crees soberano, si te reconoces eterna esencia…
Aquí te espero, hermano. La puerta ya está abierta.
No temas, de la mano, te ayudaré a transitar los miedos del sistema, para que todos juntos vivamos en esta nueva tierra.
La tierra que merece todo ser humano por el hecho de haber nacido en este precioso planeta.