Las palabras muchas veces no saben por dónde van.
Se confunden con la mente y bailan el cha,cha, cha.
Queremos decir te extraño y decimos vete ya.
Te quiero decir te amo y no sé cómo empezar.
Las palabras nos confunden, nos llevan a otro lugar.
Nos enredan, nos engullen, nos marean y al final.
Prefiero un abrazo largo que hablar tanto, hablar de más.
Si no sabes qué decirme, mejor no me digas ná.
Yo ya sé que tú me quieres y que yo te quiero más.
Pues sí, a veces la palabras solo sirven para marear, y más cuándo lo que se siente es difícil de expresar
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