Todo está bien programado, es perfecto y armonioso. Puede que tú no lo entiendas, pero no importa, da igual.
Todo funciona de acuerdo a un plan mayor y glorioso. Está todo conectado, una orquesta, un festival.
Intérpretes del teatro, vamos saliendo a la escena, unos son protagonistas otros salen a figurar…
Pero todos, cada uno, son los amos de la pista. Cada quien con sus zapatos el teatro ha de pisar.
Es perfecto, es un milagro, un misterio que no alcanzas ni siquiera a descifrar.
Cuando sueltas, cuando fluyes, cuando dejas que la vida te sorprenda y te zambulles en ella sin miedo al mar.
Todo fue planificado, el demiurgo de los sueños, te sonríe en la vigilia y te invita a desfilar.
Sin miedo, sin pesadillas, desnudos y de puntillas, por el camino amarillo que lleva a la inmensidad.