No tienen precio los niños, tienen el mismo valor. Pero en este mundo indigno no se actúa con honor.
No siempre vales lo mismo, depende de tu nación. Si naciste pobre o negro, palestino o ucraniano, ruso, búlgaro o rumano, catalán, chino, español.
Es vergonzoso, indecente, nos causa rabia y dolor. No consentimos un mundo que separa, discrimina. Te salva si eres divina, te humilla sin ton ni son.
Con los niños se comercia, se les mata la inocencia. Se utilizan, se desprecian. Su dolor es mi dolor.
Oremos pues por los niños. Por esos niños que fuimos, oremos por nosotros mismos cuando perdemos el timón y olvidamos el camino que conduce al corazón.
Recuperando a mi niño hoy te miro y veo a Dios.