Y no sirve para nada y es una pérdida de tiempo, trabajar todos los días para servir a su dueño.
Y ya no tiene sentido y te cansa y te deprime, el trabajo es un castigo, el invento más baldío.
Con caras de malas pulgas, madrugando y bostezando, amontonados, a oscuras, van los pobres trabajando.
Corriendo sin saber cómo, ni para qué, ni hasta cuándo. Trabajando sin descanso de la cuna hasta el cadalso.
¿Y para qué? ¡Digo yo! Para no tenerte pensando que eres rico sin saberlo, que eres sabio, que eres guapo.
Que si te quieren cansado es para que no valgas tanto.
Que si te cansas, entonces, mirarás para otro lado.
Y jamás te darás cuenta que te necesitan esclavo.