Para crear hay que callar, dejar de hablar, actuar y ya!
Encender el fuego del corazón, sentirlo en el agua de tu emoción, entenderlo en el aire de tu pensamiento y plasmarlo en la tierra de la realidad.
Es sencillito, no te hace falta ningún máster de esos infinitos y carísimos.
Sólo necesitas ganas y tiempo, conciencia de estar en el mejor momento.
Y tolerancia, y también paciencia, si no lo logras a la primera.
Tampoco quieras convencer a nadie. Ya no te canses, ni te malgastes.
Practica, actúa, no te lo pienses, que sea tu fuego el que manifiestes y cuando veas que lo consigues date las gracias porque lo has logrado.
Comparte entonces los resultados, abre los ojos, échate a un lado y abraza a todos tus buenos hermanos.
Así en la tierra como en el cielo, juntos creamos un mundo nuevo.