Esa pura inocencia que no conoce el miedo, esa risa, esos rizos, esa voz de terciopelo.
Que a todo se acomoda, que se adapta y acepta lo que los gradullones deciden por su cuenta.
Eres un ser divino, viniste de una estrella, sabías el camino y no te diste vuelta.
Por eso sabio amigo, sabes lo que te espera y aún así estás feliz. Eres pura conciencia.
Elegiste a tu padre y a tu mamita bella, a quien llamas de noche y quién siempre te espera.
Eres un aprendiz de juegos y de siestas. Pero aprendes deprisa, tus ancestros te enseñan.
Buen camino, Gael y contigo también buen camino a los niños que han venido a enseñarnos lo bueno, lo bonito, lo mejor de este mundo.
Buen camino chiquitos. Os espera el paraíso.