TIEMPO DE ECLIPSES

Necesito del silencio, ese silencio buscado, el silencio perezoso, el ronroneo de mi gato.

Necesito estar callada, sin perturbar a mi alma, alejando a los fantasmas que me invaden sin pudor.

Necesito estar a oscuras sin luces artificiales, solo la luz de la luna o el fulgor de alguna flor.

Necesito oír mi sangre como corre por mis venas, mi respiración de abuela, la despedida del sol.

Necesito estar a solas con mis cosas, con mi gente, con mis gatos, con mis plantas, contigo y mis descendientes.

No puedo con el bullicio, me puede la verborrea, me cansa todo ese vicio de hablar sin tener ni idea.

Cuando descubres que no hace falta hablar tanto, te liberas del trabajo de buscar tantas palabras. De contaminar mi espacio, de hablar y no decir nada.

Seleccionas los momentos, priorizas los pensamientos, aprovechas los silencios, conectas con tu intuición.

Das permiso a tu alma bella a mirarse en una estrella, le das fiesta al pensamiento y un beso a tu corazón.

Y ya no tiene cabida la energía desabrida, el verbo descontrolado, la compañía aburrida…entonces hermana mía, solo te hablará el Amor.

Hoy necesito el silencio. En el silencio habla Dios.

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