Esa humanidad sincera que se te abre en canal, que te acompaña en las penas, que te abraza, así sin más.
Esa humanidad pequeña que se conoce inmortal, que te abraza en un abrazo, aunque sea virtual.
Esa humanidad cercana aunque viva más allá, que se reconoce tu hermana, sin hablar, sólo con Ser y Estar.
Me enamoro de los hombres que buscan sin descansar, que se saben vulnerables y aún y así no se rinden jamás.
Me rindo ante mis hermanos, lidiando con la vanidad, brillando en el mismo plano, surfeando la oscuridad.
Para ganarle a la bestia, para encontrar el grial que está dentro de nosotros y no sabemos que está.
Para salir victoriosos de esta densa realidad y proclamar en voz alta que somos la humanidad.
La misma que viste y calza, la que se sabe inmortal, la que ha llegado a este plano a alcanzar la libertad.
Hoy de ti me he enamorado y ya no habrá marcha atrás.
Todos somos hoy hermanos.
Somos Uno, ¡Somos! ¡nada menos, nada más!