CABALLOS, VIEJOS, NIÑOS

Érase que se era un caballito blanco que te espera a la vuelta del niño que creció. Él te espera y, de pronto, tú te has vuelto un anciano y ya no tienes fuerzas, ni tampoco valor.

El caballo, no obstante, no cesa en ese empeño, quiere hacer que tu sueño se vuelva realidad. Que no le tengas miedo, que creas en tu fuerza, que confíes en ti y consigas montar.

Érase que se era una noche sin luna, no veías a Venus en el cielo brillar. Y ya no tenías ganas de pedirle a Saturno, que se apartara un poco y te dejara soñar.

Perdemos la ilusión por el camino, amigos, tan sólo nuestros niños nos la devolveran. Cuídalos, hazles caso, no olvides que hace tiempo tú también fuiste niño y te hacían llorar.

Súbete a ese caballo, viejito desvalido, ve al paso, trota mucho, lo importante es llegar.

El mundo de los sueños hoy viaja contigo, vuelve a ser ese niño que olvidaste al pasar.

Deja un comentario