Enamórate de ti, de tu forma de sentir
de tu risa, de tus ojos, de tus ganas de vivir.
Enamórate de tu alma, de tu cara de manzana
de tu color de esperanza, de tu olor a mermelada.
Enamórate del modo en que miras y en que amas
de tu voz, de tus palabras, de tus ganas, de tus canas.
Enamórate del tiempo que has tardado hasta quererte
del trayecto recorrido, del cansancio, de tu suerte.
Enamórate sin miedo, sin pensar en los demás,
tú te bastas y te sobras, tú conoces la verdad.
Enamórate, mi vida, mi niña, mi dulce abuela,
comparte tus alegrías, canta y baila, escribe, vuela.
Haz lo que tu alma demanda, para lo que aquí viniste,
no demores tus misiones, nunca más las desperdicies.
Enamórate del tiempo que te queda en este mundo,
aprovecha cada instante, date amor, respira profundo.
Y agradece cada instante, cada mañana de julio,
los domingos por la tarde, las noches de plenilunio.
Cierra los ojos entonces y respira suave y hondo
Verás que el Amor que eres inunda todo tu mundo