No esperes a los solsticios, no te emborraches de fiesta, yo agradezco cada día de mi sagrada existencia.

No me hacen falta equinoccios, no celebro lunas llenas, cada día de mi vida es una bendita fiesta.

Cada día un nuevo día, cada mañana un regalo, cada noche una poesía y cada tarde un abrazo.

Me da igual si ayer fue lunes, o mañana será marzo. No existe el tiempo en mi vida. SOY ahora y siempre, hermano.

Rituales, artificios, oraciones, tribus, cantos…Yo respeto tu camino, ya me calcé tus zapatos.

Pero ya no necesito seguir a gurús baratos, mi maestro hoy es el viento, la tierra, el sol, el mar salado.

Agradezco por la vida, por el camino ya andado, por aprender cada día, por ser un faro a tu lado.

Gracias te doy vida mía, tú eres mi sol más preciado.