LA BUENA GENTE

Dale una oportunidad a la buena gente. Escucha y ponte en su lugar y aprende a ‘perder el tiempo’ atendiendo a los demás.

Desacelera tu ritmo, párate un poquito más, visualiza a tu vecino, ese que no sabe saludar.

Tal vez esté muy cansado, tal vez no puede avanzar, no se mira en el espejo y no sabe dónde está.

Acompañar, dar la mano, hablar menos y oír más. Ser empático, educado, cariñoso y servicial.

Venimos del mismo sitio, no nos demos tanto miedo. Traemos la luz divina, metidita en nuestro cuerpo.

Somos dioses que olvidaron lo poderosos que son, dale una mano al vecino y ve a saludar al sol.

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