Creo que en el camino de la vida hablamos demasiado pero decimos pocas cosas interesantes. Aconsejamos a todos, opinamos de todo, creemos tener razón en todo y la información veraz de todo.
Nos parece que todos están equivocados. Que sólo nosotros actuamos coherentemente mientras los demás andan de error en error.
Es la condición humana. Creerse en posesión de la verdad.
Y hablamos y nos contradecimos y somos incoherentes y muchas veces tercos y otras tantas necios y la mayoría de las veces muy patéticos, cuando queremos mantener nuestra opinión a toda costa.
Y hablamos y no dejamos de hablar, la mayoría de las veces sin pensar lo que decimos, porque los resortes emocionales del niño herido que todavía somos, hace que siempre estemos demandando atención y amor.
Muchos desde la ira, otros desde la culpa, la mayoría desde el victimismo.
Pocos son los que tienen completo y equilibrado a ese niño y son ecuánimes, cautos, prudentes y amorosos con los demás.
Habla menos, mírate más, cura a tu niño y deja a los otros en paz🙏
Muy linda entrada saludos
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