Tus amigos serán pocos, con los dedos de una mano podrás contarlos y te sobraran dedos…
Sin embargo, los que queden después de todas tus guerras, sabrás reconocerlos de entre todas las tinieblas.
Son los amigos del alma, los que siempre allí estuvieron. A pesar de tantos años y de tantos desconsuelos.
Los amigos que te esperan al otro lado del cielo, con los que juegas a ser inmortal, imperecedero.
Amistad ¡qué gran palabra!
Con el paso de los años, aprendes a reconocerlos. A veces son tu familia, ojalá lo sea tu compañero, con quien lidias a diario en los ruedos más intensos.
Puede ser que sea tu hijo, eso es difícil porque hay demasiados años entre medio. Cuando tu hijo sea tu amigo, tú ya estarás en el cementerio.
Amigos, pocos y buenos. No hace falta que los veas, sólo tienes que tenerlos, saber que ellos y tú, pisáis el mismo terreno.
Que vinisteis a este mundo con misiones parecidas, que sois vuestro complemento, que veis a dios en el otro y tú eres el mejor espejo.
Amistad ¡qué gran palabra!
No estás sólo compañero♥