De resaca de emociones, de resaca de presión, resaca de sentimientos, resaca de introspección.

Me muevo entre la resaca, el cansancio y la emoción. Hoy me sobran las palabras, sólo habla el corazón.

Estoy triste, estoy cansada, estoy feliz, solo estoy… Me va a explotar la cabeza, necesito desconexión.

Sólo necesito abrazos que salgan del corazón. Abstenerse los intrusos, los falsos, los sin ton ni son.

Hoy mi mente y mi cabeza no soporta la presión, quiero ser como un cometa y seguir con mi misión.

Sin palabras, sin trompetas, sin tambores, sin canción. Solo YO con mi eterna esencia. No me queda combustión.

Es ese instante fugaz, esa luz que viene y va.

La conciencia de unidad, las ganas de traspasar.

Es la certeza total, la confianza y la fe.

Y también es la bondad que inunda todo tu Ser.

Y es la fuerza y la verdad, y es el Amor y la entrega.

Y las ganas de ayudar y es el silencio y la ausencia.

Ese don que va contigo, inherente a tu existir.

Eres la Vida, mi amigo, no busques lo que está en ti.

Lo trajiste en el ombligo, en la panza de mamá.

En el Ser va contigo, en tu Alma inmortal.

Y si lo sigues buscando, un día lo perderás.

La vida te está pasando mientras buscas donde está.

Me sube y me baja y me vuelve a subir. Se ríe en mi cara, se burla de mi.

Juega al escondite, me hace sufrir, nunca da la cara, vive sin vivir.

Y no la controlas, ella va por libre. Te asusta de noche, cuando estás más triste.

Es muy descarada, no tiene vergüenza. Vive en tu almohada y en tu luna llena.

Mi presión sanguínea, esa presumida, que se hace la fina, pero es muy cansina.

Nunca me hace caso, es desobediente, se pasa de lista, es impertinente.

Mi presión sanguínea, esa displicente, pasa de puntillas, quiere ser valiente.

No quiere a los médicos, ni a los residentes, mi presión sanguínea, rebelde, inconsciente.

Ella me conoce, vive en mis anhelos. Sufre con mis penas, abraza mis sueños.

Mi presión amada, busca el equilibrio, la vida es bonita, suéltame un poquito.

No, no es de este mundo mi reino.

Yo he venido a destacar.

A salirme de la norma y de lo que crees normal.

He venido con las alas desplegadas del perdón.

Con la fe en la vida eterna, con amor y compasión.

Y no es de este mundo mi reino, porque en él lo que se estila,

no es poner la otra mejilla, sino el odio y el rencor.

Mi reino no es de este mundo, y no digo que sea mejor.

Es un mundo donde viven la risa y el buen humor.

Donde las penas se alivian tocándote el corazón,

donde al abrazo te cura, donde eres puro amor.

Y así dejaré este mundo, sin pena.

Con la convicción de que ese es el camino para aliviar el dolor.

Para sanar las heridas, para vivir sin rencor.

Para que no sientas culpa, por no haberlo hecho mejor.

Lo hicimos como pudimos, cómo nos dictó el corazón.

Ese que nunca te engaña si lo escuchas de verdad,

ése que bien te conoce, ése que da libertad.

El corazón no te miente, no entiende de bien o mal.

Él es puro amor viviente.

Gracias por Ser, por Estar,

por no abandonarme nunca.

Por ser la pura verdad.