Bendecida, sostenida, protegida y escogida…me siento privilegiada, abundante, acompañada.
Me reconozco divina, sabia, bella, eterna y viva. Viviendo en la dimensión que escogí para mi misión.
Agradezco la abundancia, el amor, la tolerancia que disfruto cada día, con coraje, con poesía.
Decretando a cada paso, sin temer por el fracaso. Actuando con paciencia, conmigo misma y mi esencia.
Confiando, respondiendo, actuando, agradeciendo a este Dios que me acompaña, al Ser que habita en mi casa.
Decretando voy viviendo, verificando y sintiendo que vivimos en el limbo, invisibles al abismo.
Y así, siempre dando gracias, hoy creo la realidad, que merezco por derecho, con amor y libertad.